Animales

Cómo evitar el miedo al veterinario en los gatos

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Existen una serie de señales que te pueden ayudar a percibir su miedo, y a prevenir un posible ataque.

- Su pelo se eriza.

- Tiene las pupilas dilatadas.

- Te mira fijamente o, por el contrario, desvía la mirada.

- Sus bigotes están rígidos e inclinados hacia atrás.

- Aplana las orejas contra la cabeza.

- Su postura corporal está encorvada.

- Retrae los labios y/o sesea

​CÓMO ACTUAR ANTE UN GATO ASUSTADO

​Actuar de forma adecuada es lo más conveniente en estos casos. Te recomendamos que pruebes las siguientes pautas para que puedas intentar calmar a un gato:

  1. Dirígete a él relajadamente. Háblale con cariño. Siéntate junto a él, y espera a que se tranquilice. Hazle saber que no eres ninguna amenaza, ni pretendes hacerle daño.
  2. Atrae a tu gato hacia a ti con ayuda de un poco de comida húmeda. El sabor y olor que desprende este tipo de alimentación son un incentivo muy atractivo para él. Si consigues que se acerque, acaríciale la cara, haciendo correr tu dedo por su nariz sin incomodarlo.
  3. Si detectas que te rechaza, déjalo que deambule. Seguramente, escogerá un lugar alto desde el que pueda ver todo lo que sucede y se sienta seguro.
  4. Ahórrale ruidos y presencias innecesarias. Intenta conducirlo a un espacio tranquilo en el que no se sienta amenazado por la presencia de niños u otras mascotas.
  5. Utiliza feromonas. Puedes adquirir productos que las contienen en tiendas especializadas y veterinarios. Son un excelente remedio para gatos miedos propensos a estresarse.
  6. Y, sobre todo, ten mucha paciencia. Si te percibe cercano y relajado, él también lo estará.

Si pese a estos consejos, sigues teniendo problemas para evitar su agresividad, consulta a un veterinario especializado para que pueda orientarte a como relajar a un gato y consigáis disfrutar juntos al máximo.

Pide cita en tu veterinario

Lo primero que hay que hacer es pedir una cita en el veterinario. Puede parecer algo lógico, pero en según qué clínicas puedes ir a la hora que quieras, y esto para el gato puede suponer un estrés añadido ya que a menudo va mucha gente a estos centros veterinarios, con lo que tendremos que esperar a que nos pueda atender.

Sin embargo, si pedimos una cita, sabremos que nos atenderá a la hora que nos haya dicho, por lo que pasaremos mucho menos tiempo allí y nuestro peludo no se sentirá tan mal.

No uses la palabra veterinario, vacuna ni curación

El gato es un animal muy inteligente, que no tardará en asociar cualquiera de las palabras mencionadas con ese sitio donde lo manipula un hombre o una mujer veterinario/a.

Obviamente, a veces habrá que usarlas, pero hay que intentar otras como sanación en vez de vacunación para evitar que las asocie con la clínica o el hospital donde lo tratan.

Pulveriza con Feliway su transportín

Feliway es un producto que ayuda a relajar al gato. Es muy eficaz en situaciones donde el animal se puede sentir muy estresado, como durante los viajes, las mudanzas, la llegada de un nuevo miembro a la familia,… o cuando hay que ir al veterinario.

Tan sólo tenemos que pulverizar su transportín 30 minutos antes de salir, y enseguida veremos como se relaja.

Calma al gato mientras esperáis

Una vez allí, el gato sabrá perfectamente donde se encuentra, por lo que antes de que sienta miedo, hay que tratar de calmarlo. Para evitar problemas es mejor que lo dejemos dentro del transportín, ya que si lo sacáramos podría salir corriendo.

Así pues, lo que haremos será hablarle en un tono de voz suave, como si le habláramos a un niño pequeño.

Premia su buen comportamiento

Durante la consulta (y después) debemos de premiar su buen comportamiento, ya sea con palabras bonitas, caricias y/o con golosinas para gatos. De esta manera, conseguiremos que asocie el veterinario con algo muy positivo.

Espero que estos consejos te sirvan para que tu peludo no sienta miedo (o no tanto) cada vez que va al veterinario 🙂 .

¿El gato es portador?

El gato es la única especie animal que puede eliminar el parásito con las heces aunque muchos animales, entre ellos el ser humano, pueden ser portadores del mismo mediante la presencia de quistes microscópicos en los músculos.

Pero para que se produzca esta transmisión de gato a persona, deben darse muchas coincidencias:

• El gato debe infectarse comiendo un ratón, un pájaro, otro animal o carne cruda previamente contaminada.
• El gato casero que no sale de casa y que come alimentación preparada, no se puede infectar–
• Si el gato se infecta, sólo libera el parásito en las heces una vez en su vida y durante unas pocas semanas. Aunque se infecte de nuevo, ya no volverá a liberar el parásito.
• Para que el parásito de las heces sea contagioso, éstas tienen que estar en contacto con el aire más de 24 horas. Limpiando la bandeja a diario, este riesgo no existe.
• Para infectarse con este parásito, se tienen que manipular las heces con las manos y tiene que haber contacto oral con las mismas. Limpiando la bandeja con pala y con guantes a diario, este riesgo no existe.

¿Cómo podemos evitar el contagio?

• Lavarse las manos varias veces al día. Hay que ser riguroso con nuestra propia higiene.
• Limpiar a diario la bandeja del gato ayudados con una pala.
• No dar carne cruda al gato de casa.
• El gato no debe salir de casa ni poder cazar presas como pájaros o ratones.
• Si tienes jardín y piensas trabajar en el, procura llevar guantes.
• No comer carne cruda o poco hecha, y quitar la piel o lavar las hortalizas antes de consumirlas.

Con estos consejos podrás llevar una vida totalmente normal con tu mascota. Esta enfermedad no debe ser causa de abandono, por ello cuanto más rigurosos seamos con la higiene menos probabilidades existirán de contagio.

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