Esta es una de las preguntas que más se repite ¿Por qué mi gato no acepta al nuevo? Esta pregunta, que podría tener múltiples respuestas, nos lleva inmediatamente a otra pregunta ¿Tu gato es ya mayor? Y a esta otra ¿El gato nuevo es joven? Vale…. en ocasiones la combinación gato mayor + gato joven puede ser una mezcla explosiva para la que no estábamos preparados.
Si ya tenías un gato grande en casa y habías pensado que le haría ilusión tener un acompañante más joven que le de vidilla y le haga compañía, seguramente su rechazo inicial (al gato y a vosotros) te habrá pillado por sorpresa. No te preocupes, no eres el primero ni el último. Tiene solución, si entendemos un poco mejor cómo funciona todo esto.
Un gato mayor (o adulto) es garantía de tranquilidad
Bueno, nunca hay garantía del 100% pero sí es cierto que la inquietud y nerviosismo de los primeros meses (puede que años) de vida de nuestro gatito va quedando atrás… a veces muy muy atrás, tanto que puede que no nos acordemos bien o simplemente no hayamos tenido en cuenta esas pequeñas diferencias. Nuestro gato ya adulto o anciano disfruta de la tranquilidad de nuestra casa, de su sitio favorito, de nuestros mimitos siempre y solo cuando le apetece. Disfruta de tener la comida siempre en su sitio. Su cuenco siempre rebosante. Su arena, suya. De nadie más, nada de compartir cacotas. Disfruta de los que algún día fueron sus juguetes y que ahora a veces caza, un poco como haciéndonos un favor. Vale, puede que sea más activo, pero no deja de ser un animal acostumbrado a vivir solo y tranquilo, con el que tenemos un vínculo especial, único.
Un gatito, garantía de diversión
Por el contrario los gatitos son una caja de sorpresas. Ponen todo su entusiasmo y toda su energía en descubrirlo y aprenderlo todo. Necesitan jugar y buscan de forma instintiva un compañero de juegos con el que practicar.
Bienvenido a la fiesta, abuelo
Sin ánimo de ofender a nuestros gatos ancianos, adultos o tranquilotes, con esa expresión tan solo quiero que podamos darnos cuenta en un segundo cómo puede sentirse nuestro gato. Aunque muchos gatos pueden seguir disfrutando de interminables horas de juego, el gato que rechaza al gatito posiblemente lo haga porque no tiene ganas de jugar, no tiene ganas de ser emboscado ni de compartir la arena o la comida. No quiere que le acechen ni que le claven esos colmillitos o esas garritas tan super monas pero que tanto pinchan. Al menos no le hace mucha gracia por el momento (Oh-dios-mio-qué-haces-aquí-y-cuando-te-vas).
Si aún no has traído el gatito a casa y estás simplemente barajando esa posibilidad, quizás te conviene tener en cuenta que no es lo mismo traer un gatito a una casa en la que solo hay un gato que traerlo a una casa con varios, el impacto es mayor. Tampoco es lo mismo traer un gatito que dos gatitos. Si traemos solo un gatito el gato grande puede ser objetivo de todas las emboscadas del pequeño, mientras que si traemos un par de hermanitos ellos pueden apañarse para jugar. Impacto habrá, solo que repartido de diferente forma.
Mi gato odia al nuevo gatito y creo que a mi también ¿Qué puedo hacer?
Lo primero es tener paciencia y no ponernos nerviosos, ya que así solo empeoramos las cosas. Al final lo aceptará (puedes respirar tranquilo) salvo en un porcentaje muy pequeñito de casos de gatos que no quieren compartir su espacio con otros. Solo vamos a aprender un par de cuestiones que nos pueden facilitar un poco el proceso. No tenéis que ponerlas todas en práctica, solo las que veáis que se pueden aplicar a vuestra situación. También, comprendiendo al fin qué es lo que está ocurriendo, podemos poner en marcha nuestra propia estrategia si conocemos bien a nuestro gato.
Un lugar tranquilo
Seguramente tu gato mayor tenía su sitio preferido en casa, puede que cerca de ti. El caso es que a veces el nuevo gatito toma posesión de todos los sitios, incluido ese. Nuestro gato se tranquilizará y estará menos estresado si le proporcionamos un lugar seguro donde poder dormir tranquilamente lejos del nuevo. En esta etapa es bueno dejarle las puertas de las habitaciones abiertas y facilitar su acceso a lugares menos accesibles, incluso si tenemos algún armario donde él pueda entrar o algún mueble más alto donde el pequeño no pueda subir, todo esto dependiendo de lo «agobiado» que se muestre el grande y sus preferencias en cuanto a espacio.
Jugar y … jugar más
Es una de las cosas más obvias, pero también puede convertirse en algo complicado. Si nuestra intención era buscar un acompañante que aliviara la soledad del otro gato porque pasamos muchas horas fuera, dedicarles tanto tiempo al principio a ambos puede ser difícil, pero es necesario. El juego va a ser nuestro gran aliado. Jugaremos varias veces al día con el gatito, para que su energía esté canalizada y se modere en los ratos que pasa junto al otro gato. También jugaremos con nuestro gato mayor porque el juego le hará sentir más aliviado.
Hay una rutina común en los gatos que consite en Jugar (cazar), comer, asearse y dormir. Sabiendo esto podemos organizarnos un poco mejor. Si jugamos con el gatito y después le damos algo rico para comer, seguramente en un ratito esté dormido, lo que proporcionará tranquilidad a nuestro gato mayor. Lo interesante de todo esto es gestionarlo de forma que planifiquemos también alguna actividad agradable con nuestro gato mayor, por ejemplo, juegos, caricias, aseo… las cosas que más le gusten.
Juegos a otro nivel
Los gatitos adoran trepar nuestras piernas, las cortinas y todo lo que sea trepable. Si preparamos alguna gatificación en casa que le permita trepar y subir a algún mueble donde este confortable pasará algún tiempo extra dedicándose a explorar esos nuevos territorios, dejando al otro gato ocupar su lugar.
Interacción y sopresas
También podemos añadir un poco de entretenimiento y diversión para ambos cuando no estamos en casa. En este post te cuento un montón de trucos para que puedes usar para el gatito siga sorpendiéndose y aprendiendo mientras no estás en casa. El gato grande también debe percibir toda experiencia como lo más placentera posible. Así que la idea es dejar distracciones y sorpresas para ambos. Por ejemplo, un par de dispensadores de premios como estos o estos pueden ser una buena idea. También dejar las persianas abiertas en zonas diferentes de la casa (algo así como una ventana para cada uno, cerca de su sitio) para que puedan ver la calle. También puedes crear experiencias agradables escondiéndoles algún premio o juguete que les guste o algo de catnip, en un sitio donde seguro lo vayan a encontrar. Tienes más ideas en este enlace.
Las cajas de arena ¿Juntas o separadas?
Los primeros días podemos usar cajas de arena separadas, pero la idea siempre es poder juntarla en un tiempo, cuando todo esté más tranquilo. Los primeros días del gatito en casa él no conocerá cómo está distribuida, tan solo donde están sus cosas. En esos días puede tener perfectamente su caja de arena independiente, ya que puede despistarse y no encontrar la otra, puede también que el gato grande aprovche el acceso a la caja para intentar atacarlo o acosarlo y puede simplemente que nuestro gato se sienta incómodo porque hay otro gato usando su arena. No tenemos tanta prisa, los primeros días pueden usar cajas diferentes. Cuando el gatito conozca la casa lo más probable es que la propia curiosidad le lleve a usar la otra caja de arena. Si está la cosa más tranquila y no hay peleas entonces podemos juntarlas.
Las necesidades de tu gato adulto
A veces, cuando estamos en una situación de este tipo tendemos a «tratar a los dos gatos por igual». Pero eso posiblemente no solucione mucho. Los gatos adultos adoran las rutinas, les encanta la repetición y los rituales. Si antes llegábamos a casa y lo primero que hacíamos era saludarle, que así sea. Si todos los días le dábamos de comer nada más levantarnos, que así sea. si todos los sábados limpiábamos la caja de arena, intentaremos mantenerlo. Aunque ahora metamos otra limpieza entre medias. Esto son solo ejemplos, se trata solamente de modificar la vida y costumbres de nuestro gato lo mínimo posible, en lo que dependa de nosotros.
Otra cuestión que puede ser difícil de resolver es cuando nuestro gato mayor de repente parece odiarnos. Antes dormía sobre nuestras rodillas y ahora prefiere irse al último rincón de la casa. En este caso, yo sí recomiendo poner Feliway (info aquí) en la habitación en la que no entra, porque a mi me fue bastante bien (aquí os cuento mi experiencia). Obviamente esto no es la solución, hay que hacer también todo lo anterior, pero algo ayuda.
Nuestro gato está molesto y se aisla, pero eso no quiere decir que no siga necesitando pasar tiempo con nosotros. Nuestro trabajo va a consistir en un principio en tomar estas medidas para canalizar la energía de nuestro gatito y que deje de agobiar a nuestro gato «residente». Pero nuestro gato sigue necesitando sus rutinas, y sigue necesitando nuestra atención, por lo que demos tratar de pasar a diario un tiempo de calidad junto a él, en el que podremos ser nosotros mismos, sin preocupaciones que transmitirle, lo pasaremos simplemente jugando, peinándole, acariciándole, dándole premios… lo que sea que hiciéramos antes. Incluso si tenemos que «guardar» al gatito en otra habitación, podamos hacerlo, pero es importante que estemos tranquilos. Nada de preocupaciones en este momento. Así se sentirá poco a poco seguro y tendrá de nuevo confianza sobre el lugar que ocupa en nuestra casa y en nuestras vidas. Es posible que nuestro gato se sienta desplazado y trataremos de hacerle ver poco a poco, con perseverancia (como a ellos les gusta) que siempre será el número uno para nosotros.
Si aún no has traído el gatito a casa pero su llegada es inminente:
En ese caso, has hecho muy bien leyendo este post, que te previene sobre los problemas que pueden ocurrir (so siempre, solo a veces) y te dejamos algunos consejillos extra para que la unión entre gato y gatito sea todo un éxito.
– Lee estos consejos para hacer una presentación adecuada entre ambos gatos
– Algunos profesionales siguen recomendando traer un gatito del sexo opuesto al que ya tenemos en casa (en realidad no es una garantía de que se vayan a llevar mejor, pero a veces simplemente funciona).
– Si te has planteado la posibilidad de traer a casa dos gatitos en vez de uno, ten en cuenta que eso va a solucionar parte del problema, pero que aún así deberás tener en cuenta todo lo anterior y supervisar que no haya una complicación extra: que los dos gatitos «agobien» al gato mayor. En caso de que optes por traer dos gatitos debes asegurarte de que los dos gatitos son hermanos o buenos compañeros entre sí. Es indispensable que se conozcan de antes y disfruten de una convivencia tranquila y amistosa entre ellos.
Nosotros debemos valorar bien nuestra situación personal, espacio disponible y carácter y experiencias de los gatos antes de tomar la decisión (si no lo tenemos muy claro podemos solicitar ayuda a un profesional).
Enlaces de interés (en inglés) Ask, Pets, Catchannel.
La llegada a casa
De entrada, nunca presentes de golpe a los dos animales. Como ya hemos dicho en repetidas ocasiones, los gatos son animales muy territoriales, por lo que el proceso de presentación entre ambos ha de ser lento y progresivo. De lo contrario, el proceso de aceptación entre ellos, será mucho más largo y es más que probable que vaya acompañado de algunos arañazos y bufidos.
Te aconsejamos dejar al gato “nuevo” en el transportin y que sea el “dueño” de la casa quién se acerque a olerlo. No intentes mediar ente ellos, tiene que ser un proceso de aceptación mutua que requiere de paciencia.
Las primeras semanas
Tras esta primera toma de contacto, déjalos en espacios separados de la casa, de manera que, entre ellos, se pueden oler y sentir -por debajo de las puertas, por ejemplo- pero no verse ni atacarse.
Esta fase durará unas dos semanas, durante las cuales deberás intercambiarles la arena -ya utilizada- entre ellos para que, poco a poco, se vayan familiarizando con las nuevas olores.
La presentación oficial
Superado este punto, podemos decir que llega la jornada de “puertas abiertas”. Siempre bajo tu supervisión y evitando los movimientos bruscos y rápidos, utiliza la orden “NO” al más mínimo síntoma de pelea o agresividad entre ellos. Ármate de paciencia y no recurras al castigo o regañes a ninguno de los dos, pues no conseguirás nada, ya que los gatos no entienden el castigo. No prolongues este primer encuentro más allá de una hora. Al acabar, volveremos a las “habitaciones separadas” y repetiremos estas primeras citas gatunas, las veces que sea necesario.
Otros factores a tener en cuenta
Los gatos esterilizados no son tan territoriales como los que no lo están, por lo que el proceso será más sencillo y rápido. Del mismo modo, no es lo mismo juntar a dos gatos adultos que unir a un cachorro con uno de edad más avanzada. Dos gatos con energías y nivel de actividad parecidos, serán más compatibles que intentar juntar a un gato adulto con un cachorro, pues éste necesitará más juegos y actividad que el mayor.
Por ultimo, respecto al sexo, lo ideal es que sean de géneros distintos, aunque tanto hembras como machos pueden llegar a convivir con gatos de sus mismo sexo.
¡Uno más en la família!
Pasadas estas primeras semanas, cuando veas que poco a poco empiezan a aceptarse, interactuar y jugar, puedes probar a poner un poco de malta o paté en las patas de tu gato, para que el nuevo lo lave y creen así vínculos entre ellos. No hagas esto al principio del proceso, pues podrías conseguir el efecto contrario y desencadenar una pelea.
Dándole un compañero a nuestro gato, estaremos también mejorando su calidad de vida, pues el compartir su vida con otro miembro de su especie repercutirá directamente en su salud, su vida cotidiana, su humor… No olvides que ahora tendrás que multiplicar tus mimos y caricias por dos, pero lo que recibirás a cambio, te aseguro que te compensará.
Dani Vico.
Periodista
Cómo lograr que tu gato acepte a otro gato es un consejo para Gatos, y habla sobre Etología.