Animales

Instituto de Salud del Estado de México

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  • La rabia es una enfermedad prevenible mediante vacunación que afecta a más de 150 países y territorios.
  • En la gran mayoría de las muertes por rabia en el ser humano, el perro es la fuente de infección. En el 99% de los casos de transmisión a los humanos, la enfermedad es contagiada por estos animales.
  • Es posible eliminar esta enfermedad vacunando a los perros y evitando sus mordeduras.
  • La rabia causa decenas de miles de muertes cada año, principalmente en Asia y África.
  • El 40% de las personas mordidas por un animal del que se sospecha que padece rabia son niños menores de 15 años.
  • El lavado inmediato y a fondo de la herida con agua y jabón después del contacto con un animal sospechoso es fundamental y puede salvar vidas.
  • La OMS, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Alianza Mundial para el Control de la Rabia (GARC) han establecido la colaboración mundial «Unidos contra la Rabia» para elaborar una estrategia común destinada a lograr que, para 2030, no haya ninguna muerte humana por rabia

La rabia es una enfermedad vírica infecciosa que acaba siendo mortal en casi todos los casos una vez que han aparecido los síntomas clínicos. En hasta el 99% de los casos humanos, el virus es transmitido por perros domésticos. No obstante, la enfermedad afecta a animales tanto domésticos como salvajes y se propaga a las personas normalmente por la saliva a través de mordeduras o arañazos.

Se trata de una enfermedad presente en todos los continentes excepto en la Antártida, pero más del 95% de las muertes humanas se registran en Asia o en África.

La rabia es una de las enfermedades desatendidas que afecta principalmente a poblaciones pobres y vulnerables que viven en zonas rurales remotas. Aunque hay inmunoglobulinas y vacunas para el ser humano que son eficaces, las personas que las necesitan no tienen fácil acceso a ellas. En general, las muertes causadas por la rabia raramente se notifican, y los niños de 5 a 14 años son víctimas frecuentes.
El costo medio de la profilaxis tras la exposición, que es de alrededor de US$ 40 en África y de US$ 49 en Asia, regiones donde el ingreso diario medio es de US$ 1-2 por persona, resulta extremadamente elevado para las poblaciones pobres.

Cada año se administran vacunas tras una mordedura a más de 15 millones de personas en todo el mundo, de este modo se previenen cientos de miles de muertes anuales por rabia.

Eliminación de la rabia canina

La rabia se puede prevenir administrando una vacuna. La vacunación de los perros es la estrategia más rentable para prevenir la rabia en el ser humano. No solamente se reducirán los fallecimientos atribuibles a la rabia, sino también la necesidad de profilaxis tras la exposición como parte de la atención a los pacientes mordidos por perros.

Sensibilización sobre la rabia y la prevención de las mordeduras de perros

La educación sobre la conducta de los perros y la prevención de las mordeduras, tanto para los adultos como para los niños, es fundamental en todo programa de vacunación contra la rabia si se pretende reducir su incidencia en el ser humano y el costo del tratamiento de las mordeduras. Es necesario mejorar los conocimientos de las comunidades en materia de prevención y lucha contra la rabia, en concreto sobre la responsabilidad que supone tener una mascota, la prevención de las mordeduras y el modo de actuar cuando estas ocurren. El compromiso de las comunidades y su participación en los programas preventivos contribuyen a mejorar la cobertura y la recepción de la información más importante.

Inmunización humana preventiva

Hay vacunas antirrábicas que se pueden utilizar como inmunización anterior a la exposición. Se recomienda administrarlas a personas que tengan ocupaciones de alto riesgo, como el personal de laboratorio que trabaja con virus de la rabia y otros lisavirus vivos y las personas que realizan actividades profesionales o personales en las que puedan tener contacto directo con murciélagos, animales carnívoros y otros mamíferos de zonas afectadas por la rabia. Por ejemplo, es el caso del personal que trabaja en programas de lucha contra las zoonosis y de los guardabosques.

También se recomienda vacunar a las personas que viajen a zonas remotas donde se transmita la rabia que vayan a pasar mucho tiempo realizando actividades al aire libre, como la espeleología o el montañismo. Igualmente, se debe vacunar a los extranjeros que viven en países de transmisión de la enfermedad y a los viajeros que se ven obligados a permanecer durante estancias prolongadas en zonas de alto riesgo si el acceso a los productos biológicos de prevención de la rabia humana es limitado. Por último, conviene considerar la posibilidad de vacunar a los niños que residan o visiten zonas de alto riesgo, puesto que corren mayor riesgo debido a que suelen jugar con los animales. Los niños pueden sufrir mordeduras más graves e incluso no decir que han sido mordidos.

El periodo de incubación de la rabia suele ser de 1 a 3 meses, pero puede oscilar entre una semana y un año, dependiendo de factores como la localización del punto de inoculación y la carga vírica. Las primeras manifestaciones son la fiebre acompañada de dolor o parestesias en el lugar de la herida. La parestesia es una sensación de hormigueo, picor o quemazón inusual o no explicable por otra causa. A medida que el virus se propaga por el sistema nervioso central, se produce una inflamación progresiva del cerebro y la médula espinal que acaba produciendo la muerte.

La enfermedad puede adoptar dos formas:

  • En la primera, la rabia furiosa, los enfermos presentan signos de hiperactividad, excitación, hidrofobia (miedo al agua) y, a veces, aerofobia (miedo a las corrientes de aire o al aire libre), y la muerte se produce a los pocos días por paro cardiorrespiratorio.
  • La otra forma, la rabia paralítica, representa aproximadamente un 30% de los casos humanos y tiene una evolución menos grave y, por lo general, más prolongada. Los músculos se van paralizando gradualmente, empezando por los más cercanos a la mordedura o el arañazo. El paciente va entrando en coma lentamente y acaba falleciendo. A menudo, la forma paralítica no se diagnostica correctamente, lo cual contribuye a la subnotificación de la enfermedad.

Diagnóstico

Las herramientas diagnósticas actuales no permiten detectar la rabia antes del inicio de la fase clínica y, a menos que haya signos específicos de hidrofobia o aerofobia, el diagnóstico clínico puede ser difícil de establecer. La rabia en el ser humano se puede confirmar en vida y post mortem mediante diferentes técnicas que permiten detectar virus enteros, antígenos víricos o ácidos nucleicos presentes en los tejidos infectados (cerebro, piel, orina o saliva).

Transmisión

La infección en las personas suele producirse por la mordedura o el arañazo profundos de un animal infectado, y la transmisión por perros rabiosos es la fuente del 99% de los casos humanos. Asia y África son las regiones con mayor carga de esta enfermedad y donde ocurren más del 95% de las muertes por rabia.

En las Américas, los murciélagos son la principal fuente de infección en los casos mortales de rabia, puesto que la transmisión a ser humano por mordedura de perros rabiosos se ha interrumpido casi por completo. La rabia del murciélago se ha convertido recientemente en una amenaza para la salud pública en Australia y Europa Occidental. Los casos mortales en humanos por contacto con zorros, mapaches, mofetas, chacales, mangostas y otros huéspedes carnívoros salvajes infectados son muy raros, y no hay casos conocidos de transmisión a través de mordeduras de roedores.

También puede haber transmisión al ser humano por contacto directo con mucosas o heridas cutáneas recientes con material infeccioso, generalmente saliva. La transmisión de persona a persona por mordeduras es teóricamente posible, pero nunca se ha confirmado.

Aunque es raro, también se puede contraer la enfermedad por trasplante de órganos infectados o inhalación de aerosoles que contengan el virus. La ingestión de carne cruda o de otros tejidos de animales infectados no es fuente confirmada de infección humana.

Profilaxis postexposición

La profilaxis postexposición es el tratamiento inmediato después una mordedura. El objetivo es impedir que la infección entre en el sistema nervioso central, lo cual provocaría la muerte inmediata. Esta profilaxis consiste en:

  • la limpieza a fondo y el tratamiento local de la herida tan pronto como sea posible después de la exposición,
  • la aplicación de una vacuna antirrábica potente y eficaz conforme a las normas de la OMS, y
  • la administración de inmunoglobulina antirrábica, si está indicado.

El tratamiento eficaz inmediatamente después de la exposición puede evitar la aparición de los síntomas y la muerte.

Gestión integrada de los casos de mordedura

Si es posible, se debe alertar a los servicios veterinarios y encontrar el animal agresor para ponerlo en cuarentena durante el periodo de observación, siempre que se trate de perros o gatos sanos. Si no es este el caso, se debe someter a eutanasia al animal para examinarlo de inmediato en el laboratorio. La profilaxis se ha de administrar durante el periodo de observación de 10 días o hasta que se tengan los resultados de las pruebas realizadas en el laboratorio. Si se concluye que el animal no tiene o no tenía rabia, el tratamiento debe interrumpirse. Cuando no se pueda atrapar al animal sospechoso o no sea posible realizar las pruebas, se debe administrar la profilaxis completa.

Colaboración "Unidos contra la Rabia": una plataforma mundial con función de catalizador para lograr "cero muertes humanas por rabia para 2030"

La OMS, la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Alianza Mundial para el Control de la Rabia (GARC) se unieron en 2015 para adoptar la estrategia común destinada a lograr que, para 2030, no haya ninguna muerte humana por rabia, y formaron la colaboración "Unidos contra la Rabia".

Esta iniciativa es la primera en la que los sectores de la sanidad humana y animal se unen para promover y priorizar las inversiones en el control de la rabia y para coordinar los esfuerzos mundiales por eliminar esta enfermedad. Un plan estratégico mundial denominado Cero para el 30, orientará y prestará apoyo a los países a la hora de formular y aplicar sus planes nacionales de eliminación de la rabia, basados en los conceptos de Una salud y de la colaboración intersectorial.

Cero para el 30 se centra en mejorar el acceso de las víctimas de mordeduras a la profilaxis tras la exposición, informar sobre la prevención de las mordeduras y ampliar la cobertura vacunal de los perros a fin de reducir el riesgo de exposición humana.

El seguimiento y la vigilancia deben ser componentes centrales de los programas de lucha contra la rabia. Es fundamental informar de los casos de enfermedades de notificación obligatoria, de manera que se establezcan mecanismos operativos para transmitir datos desde el nivel comunitario a las autoridades nacionales y, posteriormente, a la OIE y la OMS. De este modo se conocerá el grado de eficacia de los programas y se podrán adoptar medidas para subsanar sus deficiencias.

Las reservas de vacunas antirrábicas caninas y humanas han tenido un efecto catalizador en los esfuerzos de los países por eliminar la enfermedad. La OMS está colaborando con sus asociados para anticipar las necesidades de vacunas humanas y caninas y de inmunoglobulinas antirrábicas, determinar la capacidad mundial de fabricación y estudiar las opciones de compra al por mayor que tienen los países a través de los mecanismos establecidos por la OMS y el UNICEF, en el caso de las vacunas y las inmunoglobulinas de tratamiento humano, y de la OIE y la OMS, en el de las vacunas para animales.

En 2016, el Grupo de Expertos en Asesoramiento Estratégico sobre Inmunización (SAGE) de la OMS creó un grupo de trabajo sobre vacunas e inmunoglobulinas antirrábicas que está analizando los datos científicos disponibles, las consideraciones programáticas pertinentes y los costos que conlleva su uso. De manera específica, evaluarán el suministro de vacunas por vía intradérmica, programas reducidos de vacunación y los posibles efectos de nuevos productos biológicos. En octubre de 2017, el SAGE examinará las recomendaciones de este grupo de trabajo para actualizar la posición de la OMS sobre la vacunación antirrábica.

Estudios respaldados por la OMS en los países en los que la rabia es endémica

Con la ayuda de la OMS, determinados países de África y Asia están llevando a cabo estudios prospectivos y retrospectivos para recoger datos sobre las mordeduras de perro, los casos de rabia, la profilaxis postexposición, la vigilancia, las necesidades de vacunas y las distintas opciones para la ejecución de programas.

Los resultados preliminares de estudios realizados en Camboya, Kenya y Viet Nam confirman:

  • que los menores de 15 años tienen mayor riesgo de exposición a la rabia y que la mayoría de las exposiciones se deben a mordeduras de perros,
  • que la disponibilidad de productos biológicos y los costos de la profilaxis tras la exposición son factores que influyen en la observancia del tratamiento, y
  • que las notificaciones basadas en el sistema de salud subestiman la detección de casos de rabia human y canina, en comparación con los sistemas basados en la comunidad.

Además, se espera obtener en la India y Viet Nam datos de los suministradores de productos biológicos sobre las formulaciones, la adquisición y el uso de las vacunas y las inmunoglobulinas antirrábicas.

Una vez que estén completos, los datos proporcionarán más evidencias que respalden la necesidad de invertir en programas contra la rabia y que serán cruciales para fundamentar las estrategias mundiales y regionales destinadas a lograr que, para 2030, no haya ninguna muerte humana por rabia. Asimismo, los datos serán utilizados por la Alianza GAVI para respaldar la inclusión de las vacunas antirrábicas en su Estrategia de Inversión en Vacunas. La decisión al respecto está prevista para 2018.

Ejemplos en países y regiones

Desde 1983, los países de la región de la OMS de las Américas han reducido la incidencia de la rabia en más del 95% en el ser humano y del 98% en los perros. Este logro fue principalmente fruto de la aplicación de políticas y programas eficaces centrados en las campañas de vacunación canina coordinadas a nivel regional, en la sensibilización de la sociedad y en la amplia disponibilidad de medidas de profilaxis postexposición.

Muchos países de la Región de Asia Sudoriental de la OMS han iniciado campañas de eliminación conformes con la meta de eliminación regional de la enfermedad para 2020. En Bangladesh se presentó un programa de eliminación en 2010 y, gracias a la atención a las mordeduras de perros, la vacunación canina en masa y el aumento de la disponibilidad de vacunas gratuitas, las muertes humanas por rabia disminuyeron en un 50% entre 2010 y 2013.

También se han realizado grandes progresos en Filipinas, la República Unida de Tanzanía y Sudáfrica. En estos países se han llevado a cabo estudios demostrativos preliminares en el marco del proyecto de la Fundación Bill y Melinda Gates dirigido por la OMS que, recientemente, han permitido concluir que es posible reducir la rabia en el ser humano mediante una combinación de intervenciones consistentes en la vacunación de los perros, la mejora del acceso a la profilaxis postexposición y el aumento de la vigilancia y de la concienciación de la población.

Las claves para el mantenimiento y la expansión a nuevos territorios de los programas de lucha contra la rabia han sido empezar poco a poco, ofrecer paquetes de incentivos para potenciar los programas locales de lucha antirrábica, demostrar los buenos resultados y la costoefectividad de los programas, y garantizar la implicación de los gobiernos y las comunidades afectadas.

Prevención y Acción contra la Rabia

¿Cómo Prevenir la Rabia?

  • Vacunando a todos tus perros y gatos contra la rabia, al mes de nacido, luego a los tres meses y después cada año. RECUERDA CONSERVAR SU CERTIFICADO DE VACUNACIÓN HASTA SU PROXIMA VACUNA
  • Evita el contacto con cachorros o animales desconocidos o callejeros y más aún si están enfermos o heridos. Evita adoptarlos y no permitas que los niños jueguen con ellos.
  • No permitas que tu mascota ande suelta por la calle, sácala a pasear con su correa y levanta sus desechos.
  • Toma conciencia y lleva a esterilizar a tus perros y gatos, de esta manera evitaremos más animales callejeros y mayor riesgo de rabia
  • Evita comprar animales que no cuenten con certificado de vacunación
  • Si ya no deseas a tu mascota, no la abandones en la calle, mejor llévala al centro antirrábico más cercano
  • Denuncia ante las autoridades la presencia de animales sospechosos de padecer rabia
Existen vacunadores piratas que cobran por desparasitar y te ofrecen la vacuna a bajo costo o gratuita,
¡ NO TE DEJES SORPRENDER ESA VACUNA ES DE DUDOSA PROCEDENCIA!

¿Dónde puedo Vacunar a mi Mascota?

El objetivo del programa de vacunación en masa, consiste en interrumpir el ciclo de transmisión de la rabia inmunizando a un mínimo del 80de los perros existentes en la comunidad. Para la inmunización de perros y gatos se utiliza vacuna con virus vivos inactivados y se realiza al mes de edad, a los tres meses de edad y posteriormente cada año. Recuerda que hay dos semanas nacionales de vacunación ( marzo y septiembre) donde a todas tus mascotas ( perros y gatos) se les aplicará la vacuna antirrábica totalmente gratis en tu centro de salud más cercano o puesto de vacunación. La vacunación es permanente y gratuita en los centros de salud.

¿Qué hacer en Caso de ser Mordido, Rasguñado o Lamido por un Animal Sospechoso a Rabia?

  1. Lavar inmediatamente la herida con abundante agua y jabón durante 10 minutos y secar las heridas con una gasa estéril y cubrir. Para la mucosa de los ojos o de la nariz irrigar con agua hervida durante 5 minutos.
  2. Acudir inmediatamente a la unidad de salud más cercana, para ser valorado por un médico, él determinara, si es un riesgo leve, grave o sin riesgo y administrará el tipo de tratamiento. Actualmente el tratamiento contra la rabia ya no es doloroso y consiste en la aplicación de una vacuna en el brazo o pierna alternadamente ( de 3 a 5 dosis), es altamente efectiva, segura y de excelente calidad.

¿Qué hacer con el Animal Agresor?

  • Localizar e identificar al animal agresor y establecer fecha de la agresión
  • Valorar las condiciones y circunstancias en que ocurrió la agresión
  • Verificar que tenga la vacunación antirrábica y que esté vigente
  • Observar al perro o gato por espacio de 10 días subsecuentes a la agresión

No mates al animal agresor, y de ser posible mantenlo en observación, en caso de ser un animal callejero o desconocido llama inmediatamente al centro antirrabico de tu localidad.

¿Qué es la rabia canina?

El término “rabia” proviene del adjetivo en Latín Rabidus, que se traduce como “delirante”, “furioso” o “feroz”, debido al comportamiento característico de los animales que padecen esta patología, los cuales muestran conductas agresivas.

Como hemos adelantado en la introducción, la rabia está causada por un virus de la familiaRhabdoviridae, que afecta principalmente al sistema nervioso central (SNC), extendiéndose y acumulándose en grandes cantidades en las glándulas salivares del perro, que causan una producción excesiva de saliva, infectada con el virus. Esta enfermedad está presente en el animal infectado y puede perdurar en las carcasas de los animales fallecidos hasta 24 horas.

Formas de contagio de la rabia en perros

La rabia suele contagiarse mediante la mordida de un animal infectado, no obstante, también puede transmitirse por medio de la saliva, por ejemplo si el animal lame una herida abierta, o bien si se producen arañazos en determinadas zonas, como en las mucosas. No obstante, se trata de situaciones poco frecuentes.

No olvidemos que esta enfermedad puede llegar a afectar al ser humano en caso de mordedura, por ello es tan importante realizar un adecuado plan de medicina preventiva e informarnos sobre los síntomas y las formas de contagio, con el objetivo de garantizar la salud del can, de otros animales domésticos y la de los propios tutores.

Causas de la rabia en perros

Los perros se consideran los principales portadores de la rabia, siendo vulnerables aquellos canes que no han sido vacunados y los que entran en contacto con animales silvestres, como zorros y murciélagos. No obstante, la forma de contagio más común es mediante la mordedura mamíferos domésticos, como gatos, perros y conejos.

El contacto directo con la piel (sin heridas), la sangre, la orina o las heces no es un factor de riesgo, exceptuando en los murciélagos, no obstante, es poco frecuente que los animales domésticos entren en contacto con estos pequeños mamíferos.

Actualmente se intenta controlar la rabia en países de todo el mundo, enfocando su prevención en perros y gatos, gracias a las campañas de vacunación y las múltiples medidas de protección. No obstante, la rabia sigue siendo una patología frecuente que aparece de forma puntual, hasta en los países donde está prácticamente erradicada.

Fases de la rabia en perros

Para entender el avance del virus de la rabia canina es fundamental prestar atención a las fases de esta patología. Durante la mordedura, el virus presente en la saliva entra en el organismo y se instala en el interior de músculos y tejidos, a la vez que se multiplica en ese sitio.

Entonces, el virus se empieza a propagar por las estructuras de alrededor, generalmente a las más cercanas al tejido nervioso, ya que se trata de un virus neutrópico, es decir, que tiene afinidad por las fibras nerviosas. Es importante resaltar que no utiliza la sangre como medio de difusión.

La rabia canina presenta varias fases:

  • Incubación: hace referencia al período que comprende desde la mordedura hasta la aparición de los primeros síntomas. En esta etapa el perro parece estar bien y es asintomático, es decir, no presenta síntomas de enfermedad. Hablamos de una fase que puede durar desde una semana hasta varios meses.
  • Prodrómica: en esta etapa el perro empieza a manifestar los síntomas incipientes de la enfermedad, mostrándose más nervioso, asustado, ansioso, cansado e incluso retraído. Puede durar de 2 a 10 días.
  • Agresividad: esta es la fase que caracteriza la enfermedad de la rabia. El perro se torna irritable, de forma excesiva, llegando incluso a morder a sus propietarios. Es una etapa de riesgo elevado.
  • Parálisis: es la etapa final de la rabia. En ella el perro se muestra paralizado y puede presentar espasmos e incluso entrar en coma, hasta que se produce la muerte.

Ahora que ya conoces las fases de la rabia canina, te explicaremos cuáles son los síntomas de rabia en perros, fundamentales ante la sospecha que nuestro can pueda estar infectado.

"Chuchos" ajenos

Todas las razas de perros pueden morder. Y el mero hecho de que un perro sea pequeño y parezca amigable no implica que no pueda provocar alguna que otra lesión. Incluso el perro de compañía más simpático y mejor educado puede intentar morder si alguien lo sobresalta, asusta, amenaza, o molesta o en caso de que esté enfadado, alterado o dominado por el hambre.

Por mucho que usted crea conocer a un perro, supervise siempre a su hijo cuando esté en contacto con una mascota ajena. Para reducir el riesgo de mordeduras, enseñe a su hijo las siguientes normas de seguridad:

  • Pregúntale siempre al dueño si se puede o no se puede acariciar al perro.
  • Espera a que el perro lo vea y lo olfatee antes de acariciarlo.
  • Que no corra hacia el perro ni se aleje de él corriendo.
  • Si se acerca un perro desconocido, que conserve la calma, no lo mire directamente a los ojos que se quede quieto o se aleve lentamente de él.
  • Si un perro intenta morder, coloque cualquier objeto entre tu cuerpo y el del perro. Si un perro lo derriba, que se ha un ovillo, cúbra la cara y se quede quieto.

Cómo prevenir la rabia en los perros

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Enseñe a su hijo las normas básicas de seguridad para relacionarse con perros

Un experto en perros ha desarrollado los siguientes siete consejos de seguridad que pueden seguir los niños para prevenir las mordeduras de perro. Si formas la palabra "NADA MAL" con sus iniciales, te resultarán más fáciles de recordar:

No molestar al perro
Acariciarlo solo con permiso
Dejarle espacio
Actuar con lentitud
Mantener la calma y pedir ayuda siempre que te ataque un perro
hAsta los perros buenos pueden morder
Los dedos siempre juntos

Síntomas de la rabia en perros

El virus de la rabia canina tiene un período de incubación largo, que puede oscilar entre tres y ocho semanas, aunque en algunos casos puede ser incluso más extenso, motivo por el cual no siempre se detecta de forma pronta. En los humanos, por ejemplo, los síntomas suelen aparecer alrededor de las 3 y las 6 semanas posteriores a la mordida.

Los síntomas de esta condición afectan principalmente al SNC y al cerebro, y aunque suelen presentarse las fases que hemos mencionado anteriormente, no siempre se manifiestan todos los síntomas, motivo por el cual es tan importante estar atentos a las señales que indican que nuestro perro pueda estar enfermo.

A continuación te mostramos los síntomas de la rabia en perros más comunes:

  • Fiebre
  • Agresividad
  • Irritabilidad
  • Apatía
  • Vómitos
  • Salivación excesiva
  • Fotofobia (aversión a la luz)
  • Hidrofobia (aversión al agua)
  • Dificultad para tragar
  • Parálisis del rostro
  • Convulsiones
  • Parálisis general

La rabia se confunde fácilmente con otras enfermedades neurológicas y, por ende, siempre es necesario consultar con un veterinario ante la aparición de cualquiera de los síntomas de rabia en perros mencionados, o bien si sospechamos que nuestro perro pueda haber entrado en contacto con un animal infectado.

Manual para el amo del perro

Gran parte de la responsabilidad para prevenir las mordeduras de perro recae sobre el amo del perro. Antes de adquirir un perro, hable con un profesional (como un veterinario, un cuidador o el dueño de un refugio de perros) que tenga buena reputación para que le indique qué tipo de raza de perros es la mejor para su hogar. Formule preguntas sobre el temperamento y la salud del perro. Un perro con antecedentes de conducta agresiva no es adecuado para una familia con niños.

Si su familia ya tiene un perro, asegúrese de que la mascota lleva al día su programa de vacunaciones y de llevarlo al veterinario con regularidad. Asimismo, esterilícelo o cástrelo. Considere la posibilidad de inscribir a su perro en un centro o escuela de adiestramiento para favorecer su sociabilidad y su obediencia, lo que reducirá considerablemente las probabilidades de que muerda a alguien.

Cuando saque a su perro de paseo, llévelo siempre de la correa para poderlo controlar. Supervise atentamente a su hijo cuando se relacione con su perro y no deje nunca a un bebé o a un niño pequeño (de hasta dos años y medio de edad) a solas con la mascota familiar.

Incluso si no tiene perros en casa, asegúrese de que su hijo entiende algunos "nuncas" sobre la forma de relacionarse con los perros:

  • No apretar nunca a un perro con demasiada fuerza, no tirarlo por los aires, no tirarse encima de él ni saltar sobre él.
  • No fastidiar a un perro ni tirarle de las orejas o de la cola.
  • No molestar a un perro mientras está comiendo, durmiendo o cuidando de sus crías.
  • No quitarle nunca un juguete o un hueso a un perro ni jugar a pelearse con él.
  • No alimentar nunca a un perro utilizando los dedos. Colocar siempre el alimento sobre la palma de la mano mientras se mantienen todos los dedos bien juntos.
  • Nunca acorralar a un perro contra una esquina.

¿Cómo saber si mi perro tiene la rabia?

Si sospechas que tu perro puede haber sido mordido por un perro callejero, un gato sin hogar o entrado en contacto con un mamífero silvestre portador, quizás quieras averiguar cómo saber si un perro tiene la rabia. Presta atención al siguiente paso a paso:

  1. Busca heridas o señales de mordedura: esta enfermedad se suele transmitir mediante la saliva, entonces, si tu can se ha peleado con otro perro o animal doméstico deberás, busca inmediatamente las heridas que le hayan podido causar.
  2. Presta atención a los posibles síntomas: si bien durante la primera fase no se manifiesta ninguna señal evidente, pasadas unas pocas semanas tras la mordedura el perro empezará a manifestar comportamientos extraños y, aunque no son síntomas que puedan confirmar la transmisión, sí pueden alertarte. Recuerda que los perros pueden presentar dolores musculares, fiebre, debilidad, nerviosismo, miedo, ansiedad, fotofobia o pérdida de apetito, entre otros síntomas. En una etapa más avanzada, tu perro empezará a mostrar una actitud furiosa que es la más característica de la enfermedad y que le da el nombre de “rabia”. Los síntomas que presentará serán el de salivación excesiva (puede presentar la típica espuma blanca con la que se relaciona la enfermedad), unas ganas incontrolables de morder cosas, irritabilidad excesiva (ante cualquier estímulo el perro se volverá agresivo, gruñirá e intentará mordernos), pérdida de apetito e hiperactividad. Algunos síntomas menos comunes pueden ser falta de orientación e, incluso, convulsiones.
  3. Fases avanzadas: Si no hemos prestado atención a los síntomas anteriores y no hemos llevado al perro al veterinario, la enfermedad entrará en la fase más avanzada, aunque hay perros que ni siquiera llegan a padecerlas, pues antes se les practica la eutanasia o mueren. En esta etapa los músculos del perro empezarán a paralizarse, desde sus patas traseras hasta el cuello y la cabeza. También estará aletargado, seguirá echando espuma blanca por la boca, ladrará de manera anormal y tendrá dificultades para tragar debido a la paralización de los músculos.

Cuarentena por rabia

En España existe un protocolo de actuación ante las mordeduras o agresiones de animales domésticos, con el objetivo de minimizar el riesgo de contagio hacia otros animales y personas. Se hace un estudio sobre el caso, se realiza una evaluación inicial y se mantiene en observación al animal durante un período de 14 días, fundamental para asegurar que el mamífero no era infectivo en el momento de la agresión, aún si no presentara síntomas de rabia en perros.

Después, si el animal ha dado positivo, se realiza un período de investigación epidemiológico de 20 días. Además, existen varios niveles de alerta según la presencia de rabia en el territorio, ya hablemos de animales domésticos y terrestres, que comprenden unos métodos de actuación u otros.

Tratamiento de la rabia en perros

Desafortunadamente, la rabia canina no tiene cura ni tratamiento, pues la intensidad de los síntomas de la rabia en perros y su rápida propagación provocan la muerte certera del animal, sin embargo, sí es posible prevenir el contagio de esta patología mediante la vacunación del perro. Por ello, ante un animal infectado el veterinario nos aconsejará proceder a la eutanasia del perro, con el objetivo de evitar el sufrimiento animal y un posible contagio.

Recordamos que tras la mordedura de un animal infectado nos exponemos a padecer la rabia en humanos, por ese motivo resulta de vital importancia lavar la herida con agua y jabón y acudir cuanto antes a un centro médico para recibir de forma pronta la vacuna antirrábica.

¿Cómo prevenir la rabia en perros?

Mediante el seguimiento estricto del calendario de vacunación del perro podemos prevenir que nuestro can padezca esta terrible enfermedad mortal. Generalmente se aplica la primera dosis alrededor de las 16 semanas y, de forma anual, se aplica un refuerzo para que el organismo del perro se mantenga activo contra el virus. Así mismo, antes incluso de la aparición de los primeros síntomas de la rabia en perros, si hemos observado que nuestro can ha sido mordido por otro perro o animal silvestre debemos acudir al veterinario.

¿Cuánto vive un perro con rabia?

No es posible determinar de forma exacta cuánto tiempo vive un perro con rabia ya que la fase de incubación puede variar enormemente dependiendo de la localización y gravedad de la mordedura. Por ejemplo: el virus transmitido por un mordisco profundo en la pata se extenderá mucho rápido que en una herida superficial en la cola.

Debemos saber que la esperanza de vida de un perro con rabia es relativamente corta, pues puede variar entre 15 y 90 días, siendo más corta aún en cachorros. Así mismo, una vez afectado el SNC y tras una manifestación evidente de los síntomas de rabia en perros, la muerte del can ocurre entre los 7 y 10 días.

En cualquier caso, si sospechas que tu perro pueda padecer la rabia acude cuanto antes a tu veterinario para aislar adecuadamente al animal, hacerle las pruebas pertinentes y evitar así el riesgo de propagación hacia otros animales y hacia las personas mediante la eutanasia.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

Si deseas leer más artículos parecidos a Rabia en perros – Síntomas, contagio y tratamiento, te recomendamos que entres en nuestra sección de Enfermedades infecciosas.

Prevención de la rabia

Para evitar el contagio de la rabia y prevenir su propagación se recomiendan una serie de medidas:

  • Vacunar a todos los mamíferos que se tengan como mascota siguiendo las recomendaciones del veterinario.
  • No entrar en contacto con animales callejeros o salvajes de los que se desconozca cuál es su estado de salud.
  • Se puede recomendar la vacuna directamente a las personas que viajen a zonas de alto riesgo durante largo tiempo o trabajen en contacto con animales con riesgo.
  • Si compra animales en otros países infórmese de si pueden cruzar fronteras y si están correctamente vacunados.
  • Cuando entre en contacto con mamíferos sospechosos de rabia consulte al médico, incluso cuando no haya herida.

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La rabia es una zoonosis de etiología viral que cuando afecta al hombre le produce una encefalomielitis aguda, siempre mortal. Ocupa el décimo lugar entre las enfermedades infecciosas mortales. En el presente trabajo se aborda la etiología, patogenia, epidemiología, diagnóstico, medidas profilácticas y tratamiento de la rabia.

La rabia se transmite a través de mordedura o contacto directo de mucosas o heridas con saliva del animal infectado. También se ha demostrado su adquisición a través de trasplante corneal de donador muerto infectado por el virus y no diagnosticado. No obstante, no se ha documentado su transmisión por mordedura de humano a humano, pero se ha aislado de la saliva de los pacientes afectados de rabia. Este virus también se ha identificado en sangre, leche y orina. No se ha documentado transmisión transplacentaria.

La rabia fue descrita por Aristóteles y por Celso, y no fue hasta 1885 cuando Pasteur consiguió la primera vacuna antirrábica, salvando al niño Joseph Meister de una muerte segura tras sufrir múltiples mordeduras de un perro rabioso.

A pesar de la eficacia y la inocuidad del tratamiento actual, entre 35.000 y 50.000 personas mueren cada año de rabia debido a que no son tratadas. La rabia ocupa el décimo lugar entre las enfermedades infecciosas mortales.

El virus de la rabia pertenece a la familia Rhabdoviridae , género Lyssavirus . Es un rhabdovirus de 180 nm de longitud por 75 nm de anchura con forma de bala de fusil o de proyectil cilíndrico. Tiene una extremidad redondeada y la otra plana con una muesca como el talón de una flecha. Asimismo, posee una nucleocápside y envoltura. Esta última es una doble capa bilipídica perfectamente definida.

La mordedura o arañazo de un animal rabioso trae como consecuencia la presencia de saliva infectada con virus rábico en la musculatura estriada. Éste se multiplica en los miocitos hasta lograr una concentración infectante necesaria para alcanzar las terminaciones nerviosas sensitivas y las placas neuromusculares motoras. Se une a los receptores de acetilcolina, penetrando en las fibras nerviosas periféricas, donde es descapsidado, y comienza así el proceso de replicación viral.

La rabia es una zoonosis de distribución mundial (excepto en Australia, Reino Unido, Japón y Nueva Zelanda), y se calculan alrededor de 15.000 casos anuales. El principal reservorio de los virus son los animales salvajes, a partir de los cuales la infección se extiende a otros animales salvajes y a los domésticos. Todos los seres de sangre caliente pueden experimentar el virus rábico.

Los principales reservorios dependen del área geográfica: en Europa son los zorros y los lobos, en América, la mofeta, el zorro y el mapache, en África, la mangosta y el chacal, y en Asia, el lobo y el chacal. Mención especial requieren los murciélagos, que muerden y chupan la sangre de bóvidos y équidos durante la noche, transmitiéndoles la rabia. En América existen vampiros portadores del virus que hacen que se les consideren los verdaderos reservorios de la enfermedad. En Europa Central y Occidental es el zorro rojo o común la causa principal de la propagación de la rabia.

En cuanto a la rabia urbana, los animales domésticos son la principal fuente de infección. El perro es, en el 90% de los casos, el principal atacante del hombre, principalmente el perro vagabundo. Los gatos, de vida mucho más incontrolada, transmiten la enfermedad por múltiples arañazos y su peligro de transmisión es más alto.

El diagnóstico de la rabia puede realizarse en el hombre o en el animal mordedor. Estamos ante una enfermedad mortal la mayor parte de las veces. Por esta razón, es necesario realizar el diagnóstico durante el período de incubación, circunstancia sólo posible en el animal mordedor. Por ello, en el hombre tiene poco interés en el diagnóstico. No obstante, se puede establecer directamente por la demostración del virus a partir de la saliva, esputo, exudados traqueal y nasal, orina y LCR.

En otras ocasiones se pueden detectar antígenos virales, por inmunofluorescencia, en células del epitelio corneal y piel de la her >post mortem , el aislamiento, la investigación de antígenos y la búsqueda de corpúsculos de Negri pueden realizarse en el tejido cerebral.

La detección de anticuerpos tiene poco interés en los casos de período de incubación corto. Si, por el contrario, éste es largo, pueden aparecer anticuerpos en sangre y en el LCR al iniciarse el cuadro clínico. Se detectan mediante reacciones de fijación del complemento, inmunoflurescencia indirecta y pruebas de neutralización. Recientemente se han empleado también las de inhibición de la fluorescencia y el test de reducción de placas.

El principal reservorio de los virus son los animales salvajes, a partir de los cuales la infección se extiende a otros animales salvajes y a los domésticos

Como la vacuna VEP (vacuna de embrión de pato), que se obtiene por cultivo en embrión de pato y cuya inactivación se hace con betapropiolactona. Es muy empleada en Estados Unidos.

Vacunas obtenidas de tejido cerebral de animales inmaduros

­ Vacuna de fuenzalida. Se obtiene del cerebro del ratón lactante y la posterior inactivación con rayos ultravioleta. Es muy inmunógena. Se recomienda una dosis diaria durante 14 días con dosis de 0,5 ml en niños menores de 3 años, y de 1,0 ml en adultos por vía subcutánea en la región periumbilical interescapulovertebral. Las reacciones secundarias generalmente son locales, como dolor, eritema e induración en el sitio de la aplicación. Se calcula que 1 de cada 8.000 receptores de vacunas pueden presentar alguna complicación neurológica como encefalitis, mielitis transversa, neuropatías periféricas y neuritis. Las complicaciones están en relación directa con el número de dosis de vacunas y la edad del paciente. En caso de presentarse cualquiera de estas reacciones adversas, debe suspenderse este tipo de vacuna y continuar con la de células diploides.

­ Vacuna de Rossi . Se obtiene del cerebro del carnero y la posterior emulsión en solución salina mertiolada y fenolada.

­ Vacuna de Gispen . Se obtiene del cerebro del conejo lactante.

Vacunas obtenidas de cultivos tisulares

No presentan las complicaciones encefalíticas de hipersensibilidad a la mielina que aparece en las vacunas obtenidas a partir de tejido cerebral. Existen muchas vacunas de este tipo, a saber:

­ Vacuna de Abelseth . En células de riñón de cerdo.

­ Vacuna de Atanasiu . Células BHK/21.

­ Vacunas en células diploides . Como la WI38 del Instituto Wistar de Filadelfia y la vacuna VCDH (vacuna de células diploides humanas) del Instituto Merieux de Lyon). En el caso de la vacuna VCDH se administran 4 o 5 dosis de 1 ml por vía intramuscular los días 1, 3, 7 y 14 (el día 28 es opcional).

Es posible distinguir tres estrategias de vacunación diferentes:

­ En áreas libres de rabia, se recomienda la inmunización preexposición a los sujetos de alto riesgo por motivos laborales.

­ En los países desarrollados con rabia salvaje, hay que evitar la transmisión de la rabia mediante la vacunación y otras medidas de control de los perros. El tratamiento preexposición se aplica como en las áreas libres de rabia y el tratamiento postexposición se aplica rara vez.

­ En los países en vías de desarrollo con rabia urbana es prioritaria la inmunización canina y la erradicación de animales callejeros. El tratamiento postexposición es frecuente, pero las vacunas disponibles son poco inmunógenas y provocan graves reacciones adversas.

La OMS ha establecido algunas recomendaciones sobre la profilaxis preexposición. Tres dosis de 2,5 U administradas por cualquier vía generan niveles de anticuerpos neutralizantes casi en el 100% de los individuos. Si se emplean vacunas celulares, la inmunización consiste en la aplicación por vía intramuscular de 3 dosis de 1 ml en los días 0, 7, 21 y 28. En zonas donde las limitaciones económicas dificultan la disponibilidad de vacunas se pueden inocular por vía intradérmica 3 dosis de 0,1 ml en los días 0, 7, 21 y 28.

Muchas autoridades sanitarias, incluidas las de la OMS, recomiendan una serología de 2-4 semanas después de la última inyección para asegurar una seroconversión satisfactoria. Es fundamental realizar este control en individuos que tienen un elevado riesgo de contraer la rabia, en los sometidos a tratamiento inmunosupresor y en los que reciben múltiples vacunas simultáneamente. Si existe una exposición continua al virus de la rabia se deben efectuar determinaciones de anticuerpos neutralizantes cada 6-12 meses y administrar dosis de recuerdo si los títulos son inferiores a 0,5 U/ml.

En cuanto a las indicaciones de la profilaxis preexposición, queda restringida a aquellos individuos que tienen un elevado riesgo de exposición: personal de laboratorio, veterinarios, granjeros, manipuladores de animales y personas que viajan a zonas endémicas. Especial interés presenta el estudio de la profilaxis preexposición en los viajeros.

La vacunación preexposición elimina la necesidad de administrar inmunoglobulina y reduce el número de dosis de vacuna postexposición, pero no elimina la necesidad de tratamiento postexposición, sólo lo simplifica

La vacunación antirrábica no es un requisito obligatorio para entrar en ningún país, pero aquellas personas que viajan a países donde la rabia es endémica deben ser informadas del riesgo de contraer esta enfermedad y de la conducta que deben seguir en caso de mordedura. Se recomienda el tratamiento preexposición para aquellos que viven o visiten durante más de 30 días zonas endémicas de rabia en las que no es posible obtener un tratamiento óptimo para una mordedura. Estas zonas incluyen casi todos los países de América central y Sudamérica, la India, el sureste asiático y la mayor parte de África. Sin embargo, un grupo de expertos recientemente ha desaconsejado la profilaxis preexposición para los que viajen a zonas endémicas durante largo tiempo. Según este grupo de trabajo, la vacunación previa debe limitarse a individuos sometidos a un elevado riesgo de exposición y a niños incapaces de comprender la necesidad de evitar los animales o de comunicar un contacto con éstos.

Finalmente, decir que la vacunación preexposición elimina la necesidad de administrar inmunoglobulina y reduce el número de dosis de vacuna postexposición, pero no elimina la necesidad de tratamiento postexposición, sólo lo simplifica.

Es muy efectiva si se combinan el tratamiento local de la herida, la inmunización pasiva y la vacunación de forma correcta.

Sólo está indicada si ha existido exposición realmente. Así, las caricias a animales rabiosos o el contacto con sangre, orina o heces de un animal con rabia no se considera exposición.

El mayor riesgo corresponde a mordeduras en zonas ricas en terminales nerviosas o próximas al SNC. Sin embargo, la localización de la mordedura no debería influir en la decisión de iniciar el tratamiento.

Las exposiciones que no son mordeduras rara vez provocan rabia. El mayor riesgo se corre cuando ha existido exposición a grandes cantidades de aerosoles que contienen virus de la rabia, en trasplantes de órganos y por arañazos de animales rabiosos. Se han descrito casos en trasplantes de córnea. No se han descrito casos de transmisión digestiva, transplacentaria, ni mediada por artrópodos.

La OMS ha establecido tres categorías en función del grado de exposición (tabla 1). Se ha sugerido una cuarta categoría que incluye a aquellos pacientes que han sufrido mordeduras graves en la cara, la cabeza, los brazos y las manos, casos en los que puede ser inadecuado el volumen de inmunoglobulina recomendado.

El objetivo de la infiltración de la herida con inmunoglobulina es neutralizar el virus antes de que penetre en las terminaciones nerviosas periféricas y estimular la respuesta de linfocitos T

Tratamiento local de la herida

La herida debe lavarse inmediatamente con agua y una solución jabonosa al 20% para evitar contraer la rabia. En la actualidad no se aconseja el uso de ácido nítrico o los derivados de amonio cuaternario, porque su efectividad es inferior a la solución de jabón al 20%.

La sutura primaria de la herida sin infiltración previa de inmunoglobulina puede provocar la entrada del virus en las terminaciones nerviosas. Por ello debe evitarse la sutura primaria, y se hará siempre después de la limpieza e infiltración con inmunoglobulina. La sutura secundaria podría hacerse 2 semanas después, cuando el paciente dispone de anticuerpos neutralizantes.

La inmunoglobulina antirrábica está indicada en todos los contactos de la categoría III de la OMS y se inoculará si es posible en las primeras 24 horas. La inmunización siempre debe ir acompañada de una pauta vacunal completa.

Las inmunoglobulinas antirrábicas homólogas aprobadas por la FDA de Estados Unidos se obtienen por fraccionamiento con etanol frío a partir de plasma de donantes hiperinmunizados.

La dosis recomendada por la OMS es de 20 U/kg de peso corporal de inmunoglobulina humana y de 40 U/kg de peso corporal de inmunoglobulina equina. Se administrará la mayor cantidad posible localmente alrededor de la herida, siempre que sea posible. El resto se administrará en la región glútea. El objetivo de la infiltración de la herida con inmunoglobulina es neutralizar el virus antes de que penetre en las terminaciones nerviosas periféricas y estimular la respuesta de linfocitos T.

Cuando el volumen de inmunoglobulina es insuficiente para infiltrar todas las heridas (categoría IV), existen dos posibilidades: administrar la dosis calculada alrededor de heridas más graves o incrementar la dosis. Pero existen evidencias de que un incremento de la dosis suprime la producción de anticuerpos. Por ello se ha considerado adecuado diluir la inmunoglobulina en suero salino hasta disponer de un volumen suficiente para infiltrar todas las heridas.

Tras la administración de inmunoglobulinas de origen humano puede presentarse dolor local y fiebre. La inmunoglobulina heteróloga se ha asociado a edema angioneurótico, síndrome nefrótico y anafilaxia. Las preparaciones de origen equino se asocian con frecuencia a la enfermedad del suero, pero las usadas hoy día son inocuas.

La inmunoglobulina humana, en dosis de 20 U/kg, apenas interfiere en la producción de anticuerpos inducidos por la vacuna de células diploides humanas. Un incremento en la dosis de inmunoglobulina o su asociación con otras pautas vacunales pueden provocar fenómenos de interferencias.

La OMS desaconseja las vacunas de tejido nervioso y no da la recomendación sobre la pauta vacunal que se debe seguir.

El régimen de vacunación postexposición más usado en los países desarrollados incluye la administración por vía intramuscular de 5 dosis de 1 ml de vacuna de células diploides humanas o de vacuna purificada de embrión de pato. La primera dosis puede administrarse después de la exposición, las restantes en los días 3, 7, 14, y 30 posteriores a la primera dosis. Para evitar interferencias, la vacuna no será inoculada con la misma jeringuilla o en la misma localización que la inmunoglobulina. Los lactantes y niños pequeños deben recibir la misma cantidad y dosis vacunales que los adultos. Durante el embarazo la vacuna no está contraindicada. Por su elevada eficacia no se recomienda la comprobación de marcadores posvacunales, excepto en inmunocomprometidos.

Asimismo, si el paciente ha recibido profilaxis preexposición y/o existe constancia de una adecuada respuesta de anticuerpos, el tratamiento postexposición consistirá en la inoculación de dos dosis de refuerzo los días 0 y 3.

Para terminar, decir que la combinación del tratamiento local de la herida, junto con la inmunización pasiva y activa, asegura una protección adecuada contra la rabia.

Estas enfermedades mantienen una prevalencia considerable y ocupa el décimo lugar entre las enfermedades infecciosas mortales.

La labor del farmaceútico es importante en la prevención y el adecuado tratamiento de las her > Lyssavirus. Su consejo y conocimiento farmacológico harán que en cada momento pueda decidir sobre la prioridad o no de administrar inmunoglobulinas, sueros o vacunas, así como las más adecuadas.

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Si a su hijo le muerde un perro

Si a su hijo le muerde un perro, póngase en contacto con el pediatra, sobre todo si no se trata del perro de su familia. Algunas mordeduras de perro deben tratarse en servicios de urgencias. La fuerza de una mordedura de perro puede, de hecho, provocar fracturas o roturas de hueso. Algunas mordeduras de perro pueden parecer de escasa importancia cuando se ven por fuera, pero pueden conllevar lesiones más profundas en músculos, huesos, nervios y tendones.

Aunque se trata de algo sumamente infrecuente, una mordedura de perro puede contagiar la rabia y otros tipos de infecciones bacterianas que trasmiten los perros, de modo que se deben tratar lo antes posible. Asegúrese de preguntarle al pediatra de su hijo si necesita antibióticos para prevenir este tipo de infecciones. No todos los cortes y desgarros provocados por una mordedura de perro se corrigen con puntos de sutura, ya que este tipo de tratamiento puede incrementar el riesgo de infección. El pediatra de su hijo decidirá qué tipo de heridas deben o no deben recibir puntos.

Intente disponer de la información que figura a continuación para ayudar al pediatra de su hijo a determinar el riesgo de infección y el tipo de tratamiento (en caso de que requiera alguno) que necesita:

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