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Por qué mi perra se lame mucho la vulva?

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Si no piensa dedicarse a la cría, es mejor esterilizar a su perra. Sin embargo, si ha tomado la gran decisión de permitir a su perra tener cachorros, participará en toda una aventura - he aquí algunos síntomas que indican el embarazo en las perras. Las ubres de su perra se hincharán y se harán más prominentes en los primeros 25-30 días del embarazo.

También empezará a tener secreción vaginal aproximadamente un mes después del apareamiento. Notará que el estómago de su perra se hace más grande conforme va subiendo de peso 45-50 días después de la concepción. Algunas perras también presentan falta de apetito o síntomas de depresión durante la gestación.

Una visita al veterinario

Si cree que su perra está embarazada, llévela al veterinario. Le permitirá confirmar el embarazo y al mismo tiempo detectar cualquier complicación temprana. Su veterinario utilizará una serie de diferentes métodos para determinar si su perra está embarazada. Después de 21-25 días el veterinario puede realizar un análisis de relaxina, una hormona que sólo producen las perras embarazadas.

Este método confirmará el embarazo pero no la cantidad de cachorros. Palpando el abdomen de su perra después de 21 días, su veterinario puede detectar el engrosamiento del útero y la presencia de "bombos" que indican el embarazo. Sin embargo, hay una serie de factores que pueden interferir en este método: una perra con sobrepeso, un solo cachorro o incluso el estado nervioso de la perra pueden hacer que un palpado correcto sea complicado.

Un estetoscopio o un electrocardiograma pueden detectar los latidos del corazón del cachorro después de 25 días, pero probablemente no sea posible detectar los latidos de corazón individuales por lo cual resulta una herramienta insuficiente para determinar la cantidad de cachorros. Una prueba común de embarazo es con ultrasonidos. Es un método fiable y no invasivo que puede detectar a los cachorros en unos 28 días.

El método más exacto de recuento de cachorros son los rayos X que pueden detectar los esqueletos después de 49 días. Algunos veterinarios desaconsejan utilizarlos para evitar la exposición a los rayos X de los cachorros durante su desarrollo. Preparaciones para una nueva camada En los meses anteriores al alumbramiento no necesita hacer muchas cosas por su perra embarazada excepto asegurarse de que continúe recibiendo una dieta equilibrada y sana.

Debería animarla a hacer ejercicio para que esté en forma para el parto que puede resultar largo y extenuante. Algunos días antes de que su perra dé a luz probablemente empiece a estar intranquila y a arañar el suelo o su cama. Está intentando hacer un nido para su camada. Proporciónele un recinto para ello, lo ideal sería un lugar donde ella pueda entrar y salir pero donde los cachorros queden recluidos. Podría servirle una caja de cartón del tamaño apropiado para su perra, o podría utilizar una piscina para niños pequeños. Llene el "nido" de toallas, mantas o sábanas viejas. No utilice nada que espere volver a utilizar, ya que los partos suelen ser sucios.

Si sabe la fecha de la concepción, su veterinario podrá calcular la fecha de parto. La otra manera es controlar la temperatura de la madre cuando piense que le falta poco para dar a luz. La temperatura normal para perros suele estar alrededor de los 38.4 grados. Su temperatura bajará por debajo de 37.8 grados justo antes del parto. ¿Se ha puesto de parto mi perra? Los síntomas de parto inminente son intranquilidad, necesidad de micción frecuente, jadeo y escarbar en su "nido".

Normalmente habrá una secreción de color verde oscuro en la vagina. Esto significa que la placenta se ha separado y la madre está lista para dar a luz. Si la secreción ha aparecido pero su perra todavía no ha dado a luz unas horas después, pídale ayuda a su veterinario. Una perra normalmente puede dar a luz completamente sola. Alumbrará a los cachorros, los sacará de la membrana amniótica, cortará con los dientes el cordón umbilical y empezará a limpiarlos.

Un poco de ayuda

Si la nueva madre no sabe qué hacer, está exhausta o está alumbrando a otro cachorro, hay unas cuantas cosas que puede hacer. Si el cachorro todavía no está fuera, sáquelo de la membrana en la que está envuelto. Si necesita cortar el cordón umbilical, coja un trozo de hilo resistente y átelo fuertemente alrededor del cordón aproximadamente a un dedo del cuerpo del cachorro.

Haga otra vuelta y átela un poco más abajo de la primera y luego corte el cordón con unas tijeras limpias. Pellizque la piel en la nuca del cachorro y procure hacerlo llorar. El llanto quitará el fluido de las vías respiratorias del cachorro. Si tiene una pequeña pipeta para los ojos puede utilizarla para absorber con cuidado el líquido de la nariz del cachorro. Cuando el parto haya acabado, procure que la madre salga fuera para estirar los músculos y hacer sus necesidades. Quite las toallas y las mantas y sustitúyalas por otras que estén limpias. Luego deje a la nueva madre sola para que cuide de sus nuevos cachorros. ¡Felicidades!

Un estetoscopio o un electrocardiograma pueden detectar los latidos del corazón del cachorro después de 25 días, pero probablemente no sea posible detectar los latidos de corazón individuales por lo cual resulta una herramienta insuficiente para determinar la cantidad de cachorros. Una prueba común de embarazo es con ultrasonidos. Es un método fiable y no invasivo que puede detectar a los cachorros en unos 28 días.

La perra se lame mucho la vulva para masturbarse

La perra acostumbra a alcanzar la madurez sexual entre los seis meses y el año de edad si es de raza pequeña o mediana, y el año o año y medio si es grande o gigante, con la llegada del primer celo. A partir de este momento podemos empezar a ver en ella comportamientos que hasta entonces no había tenido, como montar peluches, mantas, otros perros o lamerse la vulva con intensidad. Todas estas conductas son normales y forman parte de su naturaleza pero, ¿por qué las hace exactamente? La respuesta es sencilla: para masturbarse y proporcionarse placer.

Igual que las mujeres, las perras disponen de clítoris en el interior de la vulva, órgano cuya única función es dar placer. Al estar situado dentro de la vagina, raras veces lo vemos, sin embargo, algunas perritas sí que muestran como un bultito redondo y rojizo. Si observamos esto, no debemos preocuparnos, nos alarmaremos y acudiremos al veterinario si prácticamente todo el clítoris sobresale por la vulva, está irritado o presenta anomalías.

Así, una vez que la perra ha experimentado el placer que le proporciona lamer esa zona, que puede ser en cualquier momento de su vida, es completamente normal que se lama durante unos segundos o minutos con intensidad y emitiendo como una especie de gemidos. El problema reside cuando este comportamiento se vuelve compulsivo, puesto que entonces es indicativo de que algo no va bien.

En relación con el punto anterior, si observamos que la perra se lame mucho su vulva y lo hace de forma compulsiva, ha dejado de ser una masturbación normal y ha pasado a ser un indicador de estrés. Cuando un perro está estresado, intenta liberar esa tensión mediante conductas que, en muchas ocasiones, pueden confundirse con un mal comportamiento u otras causas erróneas. En el caso de las perras, una de las maneras de aliviar esa tensión es mediante el lamido de la vulva. Así, resulta fundamental identificar la situación que estresa a la perra para evitarla y solucionar el problema. Si no se presta la atención suficiente y el estrés no se trata, este hábito puede acabar por convertirse en una estereotipia, mucho más difícil de corregir.

Por otro lado, otro de los motivos que puede explicar por qué tu perra se lame la vulva con mucha intensidad es un desequilibrio hormonal, causa que también puede desarrollar estrés en el animal y las consecuencias ya mencionadas. Esto sucede en perras que todavía no han sido esterilizadas, de manera que si sospechas que este puede ser tu caso, tendrás que acudir al veterinario para que valore la opción de llevar a cabo la cirugía.

¿La perra se lame mucho la vulva y tiene pus?

Cuando la perra se lame mucho su vulva y, además, presenta una secreción blanquecina o ligeramente amarillenta, sufre un problema grave de salud que debe ser atendido de inmediato. Las enfermedades y afecciones más comunes que muestran estos síntomas son las siguientes:

  • Piómetra (infección del útero)
  • Infección de matriz
  • Infección de ovarios
  • Infección bacteriana
  • Infección fúngica
  • Heridas en la vagina y/o cuello del útero

Como decimos, estas no son las únicas patologías que pueden provocar la secreción de pus por la vulva, puesto que prácticamente cualquier infección del aparato reproductor bajo de la perra puede presentar este síntoma. Eso sí, lo que debemos tener claro es que si llegamos al punto de observar esta señal, quiere decir que la infección que sufre es de carácter muy grave y debemos acudir con rapidez al veterinario, ya que en algunos casos la afección puede llegar a ser mortal.

¿Se lame la vulva y la tiene inflamada?

Si vemos que la vulva de la perra se ha inflamado, en general suele ser debido al periodo de celo. Desde la primera fase de esta etapa, la vulva de la perrita aumenta su tamaño y empezamos a ver los primeros sangrados, llevándola a lamerse constantemente. Así, si la fecha encaja con la llegada del celo, podemos estar prácticamente seguros de que este es el motivo tanto del lamido como de la inflamación.

Ahora bien, si la perra no presenta los síntomas típicos del celo pero sí muestra señales como orinar más de lo habitual, incluso en lugares que sabe que no debe hacerlo, lamentos, pérdida de apetito o decaimiento del ánimo, la inflamación de la vulva de la perra y los frecuentes lamidos de la misma pueden deberse al desarrollo de una infección urinaria, a la presencia de un tumor vaginal, quistes en los ovarios u otras patologías que solo un especialista puede diagnosticar. De esta forma, si sospechas que este puede ser el caso de tu perrita, no lo dudes y acude al veterinario.

LA SEXUALIDAD CANINA

¿Son los perros animales hipersexuales? ¿Cuándo empieza el celo en una perra? ¿Cómo saber si puede embarazarse o si ya lo está? ¿Si esterilizo a mi can lo estoy privando de algo importante en su vida?

Seguro alguna o todas estas preguntas han pasado por tu cabeza y probablemente hayas escuchado muchos de los mitos que giran en torno a la vida sexual de los perros: que tienen que cruzarse porque si no se vuelven locos, que si una perra no tiene cachorros puede darle cáncer, etc.

La realidad es que los perros no tienen una sexualidad como la concebimos los humanos, es decir, para ellos la única función del sexo es la reproducción y su reacción ante un estímulo sexual es meramente instintiva, no corresponde a una búsqueda del placer. Así que la respuesta a la pregunta de si los perros son animales hipersexuales o los privaremos de una experiencia importante en su vida al castrarlos es: no. De hecho, al esterilizarlos podemos disminuir los riesgos de ciertos padecimientos (como el cáncer de mama en las perras) y algunas conductas agresivas o dominantes en los machos.

El aparato reproductor de la hembra esta conformado por varios órganos internos: útero, oviductos y ovarios, y externos: vulva, clitoris, vestíbulo vaginal y vagina.

Una perra alcanza su madurez sexual con su primer celo alrededor de los seis y los diez meses de edad, aunque hay casos en que puede aparecer hasta el año y medio, sobre todo en razas grandes. La edad reproductiva óptima es a partir del segundo celo y antes de los seis años.

El celo o ciclo estral de las perritas se divide en cuatro fases de actividad y descanso hormonal que se repiten periódicamente, generando las condiciones necesarias para la reproducción. La primera fase se llama proestro, en ella la perra aún no es receptiva, pero empieza a sangrar, aumenta el tamaño de su vulva y orina más frecuentemente para dispersar sus fermonas (dura entre siete y diez días). A esta etapa le sigue el estro, que es cuando la perra permite el apareamiento (su duración es de nueve días aproximadamente). Las dos últimas fases sólo se distinguen si la perrita está preñada: el metaestro, que dura de dos a dos meses y medio, abarca la nidación, gestación y lactación, mientras que el anestro comienza con el parto y termina con el siguiente proestro (es la etapa ideal para la esterilización).

La madurez sexual del macho se alcanza alrededor del año de edad. Los perros siempre están dispuestos para el apareamiento cuando están cerca de una perrita en celo.

El aparato reproductor masculino consta de testículos, escroto, epidídimo, conducto deferente, próstata, uretra, pene (totalmente cubierto por el prepucio en estado de flacidez, tiene el hueso peneano en su interior para mantenerlo erecto) y prepucio (normalmente segrega un líquido que lubrica el pena llamado esmegma).

La decisión de reproducir a nuestros canes debe tomarse con mucha responsabilidad, pues si lo hacemos a la ligera podemos estar propiciando que un perrito más termine abandonado en la calle si no lo ubicamos en una casa donde lo cuiden, respeten y amen cuando ya no sea un tierno y lindo cachorro o muerda las patas del sillón.

La monta comienza por el cortejo, donde el macho y la hembra se olfatean. Si ella está en el estro y acepta al perro, levanta la cola, ladeándola para mostrarle la vulva al macho. Las feromonas de la perra provocan la erección del pene del macho, quien la monta para introducirlo en su vagina.

La eyaculación canina se realiza en tres fases: en la primera expulsará un líquido claro en el que no hay espermatozoides, en la segunda, después de girarse, eyaculará la segunda fracción del semen, rica en espermatozoides, y en la tercera, el perro quedará unido a la perra de espaldas a ella, debido al aumento del tamaño del bulbo peneano (a esta fase se le conoce como “abotonamiento” y puede durar de 20 a 60 minutos) hasta que sale la tercera fracción de esperma.

Para que la perrita quede embarazada debe estar en la etapa del estro del celo. La manera más efectiva para determinar si se encuentra en ella es mediante una citología vaginal y un examen que mida la tasa de progesterona en sangre.

Los signos del embarazo aparecen aproximadamente al mes de la monta: el carácter de la perra cambia, sus ubres se inflaman, tiene una secreción vaginal y su abdomen comienza a crecer. Es en este momento en el que hay que llevarla al veterinario para que le realice una ecografía que confirme el embarazo (algunas veces puede ser psicológico) y nos asesore respecto a los cuidados y requerimientos de la perrita en esta etapa.

Fuente:

El encantador de perros. Santillana ediciones generales, México, 2008.

¿Qué hacer si mi perra se lame mucho su vulva?

En función de la causa que provoque que la perra se lama la vulva llevaremos a cabo un método de actuación u otro. Así, si se trata de una masturbación normal no haremos nada y dejaremos que lleve a cabo el ritual. Como decíamos, se trata de algo natural y fisiológico que no le produce ningún daño, todo lo contrario.

Si el motivo es el estrés, buscaremos la situación estresante y la erradicaremos en la medida de lo posible o buscaremos una solución positiva para el animal. Al hacerlo, veremos como poco a poco estos lamidos intensos y compulsivos desaparecen.

Para los desequilibrios hormonales y problemas de salud mencionados en los apartados anteriores, lo único que podemos hacer es acudir al veterinario para que identifique la causa exacta y determine el mejor tratamiento. Especialmente si observamos la presencia de pus, una rápida actuación puede resultar clave para salvar la vida de la perra.

Este artículo es meramente informativo, en ExpertoAnimal.com no tenemos facultad para recetar tratamientos veterinarios ni realizar ningún tipo de diagnóstico. Te invitamos a que lleves a tu mascota al veterinario en el caso de que presente cualquier tipo de condición o malestar.

Si deseas leer más artículos parecidos a ¿Por qué mi perra se lame mucho la vulva?, te recomendamos que entres en nuestra sección de Enfermedades del sistema reproductor.

Vaginitis en perras

En la consulta nos preguntó qué observamos de la perra: cada cuánto se lamía, si hacía pipí muy seguido y poca cantidad o hacía pipí con normalidad, si observamos que supurara pus, etc. A continuación observó la vagina, tanto por fuera como por dentro.

Lo único que observamos nosotros es que se lamía muy de de vez en cuando pero con insistencia y que la vagina en vez de blanca estaba colorada. La veterinaria nos explicó que no veía que fuera una infección muy importante, pero igualmente le iba a hacer una citología para tomar muestras de las bacterias y hacer un cultivo. A los 5 minutos el cultivo dio positivo en infección, no muy agresiva, pero al fin y al cabo, una infección. Nos recetó 10 comprimidos de Therios (antibióticos) para combatir la infección bacteriana, 3 comprimidos de Prednisolona que no es más que cortisona y Vetericyn, que es un spray para duchas vaginales, de forma que la zona quede limpia.

Pero, para saber más sobre la vaginitis en perros, acudimos a la ayuda de nuestro amigo Adrián de Nuestro Fiel Amigo, experto en salud animal y esto es lo que nos contó sobre la vaginitis en perras.

Fases del celo en las perras

Las perras presentan su primer celo entre los 6 y 12 meses de vida, aproximadamente. La actividad ovárica comienza a descender a partir de los 6 años de edad y cesa hacia los 10.

El período de celo se produce cada cinco o nueve meses, dependiendo de cada perra.

El celo, o ciclo estral, se divide en cuatro fases. Las dos primeras, proestro y estro, son las que solemos identificar con el período de celo, que dura unos 21 días.

  • Proestro. Es la fase inicial del ciclo. Dura una media de nueve días (aunque se establece el margen entre 3 y 17) y se manifiesta con una secreción sanguinolenta por la vulva. Además, la vulva se presenta inflamada. Durante esta fase, se segregan feromonas, destinadas a atraer a los machos. Sin embargo, durante los primeros días, la hembra no mostrará interés por los ellos. Hasta el final del proestro la hembra no será receptiva a la monta.
  • Estro. Esta segunda fase constituye el período receptivo y dura generalmente entre siete y nueve días (el margen cons >Efectos hormonales en el estado de ánimo de las perras

Las variaciones hormonales influyen sin duda en el estado de ánimo de nuestra perra.

  • Efecto de los estrógenos en el estado de ánimo. Los estrógenos son unas hormonas femeninas que influyen en los cambios de humor, el cansancio y los estados depresivos.
  • Efecto de la progesterona en el estado de ánimo. La progesterona ayuda a eliminar el estrés y cuando sus niveles son bajos, puede acarrear síntomas como fatiga, ansiedad o depresión. Por ello, al final del celo, cuando sus niveles son muy bajos, es fácil que tu perra experimente estos síntomas.

Las hormonas pueden provocar, por tanto, cambios de comportamiento en tu perra, que tal vez se muestre apática, duerma más de lo normal, deje de jugar y pase mucho tiempo tumbada o experimente una pérdida de apetito. Otras veces se volverá hiperactiva o agresiva.

Durante las primeras semanas de la gestación, hay pocos síntomas de que ésta se haya producido. Ocasionalmente, la perra puede presentar náuseas matinales durante la tercera o cuarta semana, debida a los efectos de la progesterona. Además, puede mostrarse apática y con falta de apetito. También puede ser que vomite de vez en cuando.

La falsa gestación puede presentarse con síntomas de tristeza o depresión

La falsa gestación, también conocida como pseudogestación o pseudociesis, es un fenómeno bastante común en el que la perra actúa como si estuviera preñada sin estarlo. Esta afección se debe a la progesterona y la perra puede presentar algunos o todos los signos de una auténtica gestación, incluyendo la distensión abdominal, el aumento de las glándulas mamarias e incluso producción de leche. Algunas preparan el nido para sus cachorros y a veces cogenjuguetes u otros objetos como sustitutos de los cachorros “esperados”, protegiéndolos incluso con agresividad. En ocasiones, la perra vomita intermitentemente y muestra síntomas de tristeza o depresión. Además, las glándulas mamarias pueden endurecerse y provocarle dolor.

Generalmente no necesita tratamiento, ya que desaparece por sí sola en 12 semanas o menos, aunque las perras que presentan un comportamiento agresivo pueden ser tratadas con hormonas.

¿Entonces es normal que mi perra esté triste después del celo?

Sí, es normal que tu perra se muestre apática o triste durante el celo y después de él, incluso que duerma más de lo normal. Sin embargo, si ves que está muy triste o presenta además otros síntomas, como diarrea o segregación de una especie de pus amarillento, verdoso o secreción sanguinolenta, acude a tu veterinario para descartar posibles enfermedades.

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